Sorprendido por la sabiduría
«Parece que cuanto más vieja me vuelvo yo, más sabio te vuelves tú. A veces, cuando le hablo a mi hijo, ¡es como si oyera que tus palabras salen de mi boca!».
Jesús disfrazado
Hace poco, mi hijo participó en un «simulacro de personas sin hogar»: pasó tres días y dos noches viviendo en las calles y durmiendo al aire libre en un clima helado. Sin comida, dinero ni refugio, dependía de la bondad de extraños para suplir sus necesidades básicas. Un día, lo único que comió fue un sándwich que le compró un hombre cuando lo oyó pedir pan en un restaurante.
Algo de qué jactarse
¿Qué significa ser real? Esta es la gran pregunta que responde el libro para niños titulado El conejo de terciopelo. Cuenta la historia de juguetes en una guardería y la travesía de un conejo de peluche para volverse real al permitir que un niño lo ame. Entre los juguetes, está el viejo y sabio Caballo de tela, quien «había visto llegar una larga sucesión de juguetes mecánicos que se jactaban y fanfarroneaban, y que uno a uno se rompían […] y desaparecían». Su aspecto era impresionante, pero al final, su jactancia no servía de nada cuando se trataba de brindar amor.
Salir de la trampa
La dionea atrapamoscas se descubrió en una zona de humedales arenosos cerca de nuestra casa, en Carolina del Norte. Es fascinante observar estas plantas porque son carnívoras. Liberan un néctar perfumado y dulce que forma trampas con aspecto de flores. Cuando un insecto se posa en ellas, se disparan unos sensores del borde exterior, la trampa se cierra en menos de un segundo y atrapa a la víctima. Al cerrarse, segrega enzimas que consumen la presa, dándole a la planta los nutrientes que no obtienen del terreno arenoso.
Practicar lo que predicamos
El pastor y escritor Eugene Peterson tuvo la oportunidad de escuchar una disertación de Paul Tournier, un físico y altamente respetado consejero pastoral suizo, a quien admiraba mucho por su enfoque sobre la sanidad. Mientras escuchaba, quedó impresionado porque sintió que Tournier practicaba lo que hablaba y hablaba de lo que practicaba. Peterson usó esta palabra para describir su experiencia: «Coherencia. Es la mejor palabra que se me ocurre».
Sinceridad absoluta
El día de mi nieto de tres años empezó muy mal. No encontraba su camisa favorita. Los zapatos que quería ponerse le daban mucho calor. Protestó, se enojó con su abuela, hasta que finalmente, se sentó a llorar.
No pierdas la oportunidad
«¡Nunca pierdan la oportunidad de mostrarles la luna a sus bebés!», me dijo. Antes de que empezara nuestra reunión semanal de oración, conversábamos en grupo sobre la espectacular luna de cosecha de la noche anterior. La señora Webb era la voz más madura de nuestra conversación, una mujer que ama la creación de Dios. Ella sabía que mi esposa y yo teníamos dos hijos en casa, y quería ayudarme a guiarlos por un camino que vale la pena transitar. ¡Nunca pierdan la oportunidad de mostrarles la luna a sus bebés!
Encontrar el tesoro
Juan y María paseaban a su perro cuando tropezaron con una lata que las lluvias habían desenterrado. Cuando la abrieron, ¡descubrieron monedas de oro antiquísimas! La pareja encontró siete latas más allí, con 1.427 monedas en total.
Recordatorio viviente de misericordia
Crecí en una iglesia llena de tradiciones. Una de ellas se aplicaba cuando moría un familiar o amigo querido. A menudo, un banco de la iglesia o un cuadro en un pasillo mostraba poco después una placa que decía: «En memoria de…», con el nombre del fallecido grabado. Siempre me gustaron esos recordatorios. Y me siguen gustando. Sin embargo, al mismo tiempo, me hacen pensar porque son objetos inanimados y estáticos; en sentido muy literal: «sin vida». ¿Hay alguna manera de agregar «vida» a un recordatorio?
Orar a través del tiempo
Kevin se secó una lágrima y le entregó una nota a mi esposa. Él sabía que Cari y yo estábamos orando para que nuestra hija volviera al Señor. «Esta nota estaba en la Biblia de mi madre después de su muerte, y espero que los aliente», dijo. Arriba decía: «Por mi hijo Kevin», y abajo aparecía una oración por su salvación.